Antonio Riquer Arabí. Un corsario de Ibiza
Barco pirata navegando frente a la costa
Foto: Varios red
● ANTONIO RIQUER ARABÍ, UN CORSARIO DE IBIZA
Antonio Riquer Arabí fue uno de los corsarios↗ más destacados de su tiempo y se le atribuyen numerosos ataques exitosos contra barcos enemigos. Como corsario, operó principalmente en el Mediterráneo, donde participó en actividades de saqueo y captura de naves de países rivales. (Los corsarios eran marinos que se dedicaban a la piratería o a la captura de barcos enemigos con el permiso o apoyo de una nación).
Antonio Riquer Arabí vio la luz por primera vez el 18 de enero de 1773 en la ciudad de Ibiza. Sus progenitores fueron Francesc Riquer y María Arabí. Al igual que su padre y su hermano, Antonio se aventuró en el mundo marítimo desde temprana edad, embarcándose en barcos dedicados al transporte de mercancías entre las diversas islas y la Península.
Cuadro de Antonio Riquer en el Ayuntamiento de Ibiza
Foto: Ernest Prats Garcia (EEiF)
La falta de consecuencias legales con las que contaban los corsarios les permitía actuar con total impunidad. Esta situación llegó a tal extremo que islas como Formentera y Cabrera se quedaron prácticamente deshabitadas debido a los continuos secuestros de sus habitantes y la posterior evacuación de los pocos que quedaban.
La población de las Islas Baleares y otras zonas costeras buscaba refugio en las áreas montañosas del interior, estableciéndose en pueblos fortificados. Además, colocaron vigías en las torres de defensa costeras↗ para estar alerta ante la aparición de barcos en el horizonte.
Durante el siglo XVIII, la piratería↗ y el corsarismo eran prácticas comunes en el Mediterráneo, donde las naciones competían por el control del comercio marítimo y el poder en la región. Los corsarios, como Antonio Riquer Arabí, eran considerados como una fuerza naval auxiliar que podía debilitar a los enemigos y proporcionar beneficios económicos a su nación.
El dominio en esas aguas estaba en manos del bergantín Felicity ("Sa presa del Papa"), que estaba equipado por el italiano Michelle Novelly, también conocido como "El Papa". Este barco tenía su base en Gibraltar y ondeaba la bandera inglesa. El 1 de junio de 1806, el bergantín fue capturado y llevado a puerto por el jabeque de Antonio Riquer.
Después de ese incidente, a Riquer se le otorgó el rango de alférez de fragata. Luego, intentó adquirir el Felicity utilizando su parte del botín. A pesar de enviar varias cartas a Godoy, no logró que le asignaran el barco inglés. A partir del 15 de julio de 1806, Riquer comenzó a comandar un nuevo jabeque llamado La Santísima Trinidad, también conocido como el Francesc Riquer, en honor a su padre fallecido en el enfrentamiento.
Si bien el corsarismo es una práctica que ha sido objeto de controversia y condena, en aquellos tiempos era considerado una forma legítima de guerra y una fuente de riqueza para las naciones involucradas. Los corsarios eran reconocidos y recompensados por sus acciones, lo que les permitía obtener ganancias y prestigio. (Ver Patente de Corso↗)
Es importante destacar que la figura de Antonio Riquer Arabí como corsario está enmarcada en el contexto histórico de aquellos tiempos y debe ser analizada desde esa perspectiva. La piratería y el corsarismo formaron parte de la realidad de la época y tuvieron un impacto significativo en el desarrollo de las naciones y el comercio marítimo.
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