Geografía de Ibiza: Poblamiento (I)

La forma en que se distribuye la población sobre el territorio es probablemente uno de los aspectos más originales de la isla de Ibiza, hasta el punto de que la ha diferenciado históricamente y ha condicionado la forma en que los ibicencos se han relacionado con el propio territorio.

Tradicionalmente, ha habido dos tipos de población sobre la isla: la urbana, representada únicamente por la ciudad de Ibiza, y la rural, donde la característica básica es la dispersión de la población.

La ciudad, llamada popularmente Vila, es un núcleo habitado con más de dos milenios y medio de historia, a lo largo de los cuales ha habido épocas de gran esplendor (como, por ejemplo, la época fenicia - púnica) y otras graves crisis (como la época llamada antigüedad tardía, entre el fin del Imperio Romano y la llegada de los musulmanes).

La ciudad de Ibiza, aprovechándose de su localización (sobre una colina junto al mar, con un importante puerto al lado y dominando las tierras más fértiles de la isla y también las Salinas ha sido siempre y todavía es el centro comercial y de poder de toda la isla, y también de Formentera; se encuentran las sedes de todos los organismos e instituciones de ámbito insular, empezando por la sede del Consell Insular.

Su trazado urbano, presidido todavía por las murallas de época renacentista, permite seguir una parte importante de su historia, ya que se diferencian bien los barrios históricos (Dalt Vila, rodeada por las murallas, y los barrios marineros de sa Penya y la Marina); el ensanche, que se ha expandido por el plano contiguo a la colina que fue el origen de la ciudad, ganando terreno a la agricultura, y también los barrios periféricos nacidos especialmente a partir del gran crecimiento de la época del desarrollo turístico.

Entre estos barrios, existen varias tipologías, como aquellos donde se combinan los usos turísticos con los residenciales (playa d'en Bossa, Talamanca), los residenciales con tipología original de casitas (Ca n'Escandell), los residenciales con tipología de grandes bloques y viviendas de protección oficial (Cas Serres), o los teóricamente industriales pero con predominio de los servicios (Can Bofill).

A finales del siglo XX incluso ya se puede hablar de fenómenos suburbiales, por el crecimiento de diversas zonas fuera de los estrechos límites del término municipal de la ciudad, como son los casos de los pueblos de Sant Jordi de ses Salines, Puig d'en Valls o Jesús.

Pero es en el poblamiento rural donde se pueden encontrar los rasgos más originales del poblamiento de Ibiza, debido a la mencionada dispersión, lo que significa que las viviendas tradicionalmente estaban repartidas por todo el territorio, de forma regular, con cada familia viviendo en las tierras que trabajaban.

(EEiF) Joan Carles Cirer Costa [JcCC], Ernest Prats Garcia [EPG], Josep Antoni Prats Serra [JPS], Rosa Vallès Costa [RVC]
Imagen superior:
Vista aérea del Poblado de sa Caleta
Foto: Ajuntament de Sant Josep de sa Talaia

Geografía de Ibiza: Poblamiento (II)

El paisaje, así, tenía unos rasgos característicos que pueden esquematizarse en la ausencia de núcleos de población, pero también en la inexistencia de grandes extensiones sin casas. Hay algunos casos aislados de dos casas juntas, y otros aún más excepcionales de tres o más una junto a otra, entre los que destaca Balàfia, una agrupación con cinco casas y dos torres.

Sin embargo, el hecho de vivir en casas unidas cambiaba poco la manera de vivir, ya que cada casa seguía funcionando autónomamente, como demuestra que habitualmente cada una tenía su propio camino de acceso. (Ver 'la casa payesa')

El origen de la dispersión de la población no ha terminado de aclararse del todo. En principio se piensa que esta distribución de la población es antigua, ya que incluso parece que podría estar presente ya en la época púnica. Sin embargo, es curioso que se haya mantenido a pesar de las diversas sustituciones poblacionales que se han dado a lo largo de la historia e, incluso, en contra de las indicaciones que se hacían desde el poder.

En este sentido, es de destacar la presión que hicieron los primeros obispos de Ibiza, que llevaron la Ilustración a la isla; con ellos se inició una fuerte campaña de persuasión para conseguir que la gente viviera agrupada en núcleos, cuyo primer paso fue crear los propios núcleos: la división parroquial, con una iglesia en cada parroquia en torno a la cual se pretendía que se construyeran las nuevas viviendas; todo acompañado de la propaganda necesaria para demonizar la dispersión. El objetivo último de los ilustrados debería situarse en la voluntad de obtener un mayor control social sobre la población.

Este objetivo sí que se consiguió, al menos en parte, porque las parroquias pasaron a ser el núcleo básico de relaciones humanas (los pueblos), pero no se logró concentrar la población, salvo en unos pocos casos nada significativos. Los motivos de esta persistencia deberían buscarse, probablemente, en una adaptación al territorio o una reutilización de hábitats, aunque estas explicaciones no parecen suficientes.

Deberían apuntarse también otras posibles motivaciones, como la orografía de la isla, el agua (las fuentes son abundantes, pero tienen muy poco caudal, no pueden mantener demasiadas viviendas), la inexistencia de masas importantes de población, las malas comunicaciones interiores, la inseguridad o la inexistencia de un tejido social organizado sin necesidad de concentración (los pueblos). Probablemente, la razón definitiva no pueda encontrarse sino que sea la suma de todas ellas.

Pero lo que no había provocado ninguno de los cambios históricos de Ibiza lo ha hecho la llegada del modelo de desarrollo turístico, al inicio de la segunda mitad del siglo XX.
En ese momento sí se producen unos cambios muy importantes en el modelo de distribución de la población, que podrían resumirse en:

(EEiF) Joan Carles Cirer Costa [JcCC], Ernest Prats Garcia [EPG], Josep Antoni Prats Serra [JPS], Rosa Vallès Costa [RVC]
Imagen superior:
Vista parcial torre en Dalt Vila
Foto: Vicent Marí

Geografía de Ibiza: Poblamiento (III)

◉ Un progresivo aumento del poblamiento concentrado, con un importante crecimiento de la ciudad; desarrollo de los núcleos tradicionales (los pueblos ahora sí que crecen), aparición de nuevos núcleos urbanos o semiurbanos residenciales (ses Païsses, sa Carroca, Ca n'Escandell, Can Nadal, etc.) y también la aparición por toda la costa de nuevos núcleos urbanos destinados en principio al turismo pero que van absorbiendo residentes permanentes (Cala de Bou, Cala Tarida, Canar, Cala Llonga, etc.);

◉ Una densificación generalizada de las viviendas en todo el territorio, sin que necesariamente esto signifique la creación de núcleos urbanos estructurados;

◉ Aunque parezca contradictorio, también se ha producido el abandono de algunos sectores de la isla, donde se pueden observar gran cantidad de viviendas abandonadas, aparte de las que ya han desaparecido (es el caso de los pueblos de Sant Mateu d Albarca, Santa Agnès de Corona y San Vicente de sa Cala), motivados por migraciones internas de la población dentro de la isla hacia las zonas de mayor desarrollo turístico.

En definitiva, a finales del siglo XX se da un proceso de urbanización generalizado, sin planificación previa, que abarca buena parte del territorio y en el que se mezclan las diferentes funciones urbanas.

La originalidad de las formas de poblamiento ha dado lugar a unas formas de percepción del territorio también muy originales, las cuales relacionan a cada persona y cada familia con la tierra que habitan, en una especie de sistema de subconjuntos.

Los elementos básicos de este sistema son la casa, la 'venda', el pueblo y la isla.

La casa, como lugar de las relaciones familiares íntimas y como símbolo de identificación de cada persona en la sociedad; la venda, como ámbito de las relaciones cercanas, casi imprescindibles (amistad, parejas, trabajos comunitarios...); el pueblo, como área de las relaciones sociales amplias y como elemento identificador dentro de la isla, y la isla, como pequeño país, como el territorio amplio del que también se siente parte, aunque no se conozca demasiado .

En cambio, no han llegado a formar parte de este conjunto elementos puramente administrativos, como son los términos municipales, probablemente porque fueron creados de forma totalmente artificial y sin demasiado criterio, lo que ha provocado que sean percibidos más como causantes de incomodidades burocráticas que como elementos de pertenencia, especialmente para la gente de los pueblos que no fueron favorecidos por la capitalidad municipal.

Todo este sistema de percepción del espacio, como el resto de señas de identidad propias, ha entrado en crisis a partir del desarrollo turístico y la falta de integración social de la población inmigrada que ha llegado a Ibiza. [JPS]

(EEiF) Joan Carles Cirer Costa [JcCC], Ernest Prats Garcia [EPG], Josep Antoni Prats Serra [JPS], Rosa Vallès Costa [RVC]
Imagen superior:
Vista de Dalt Vila, Ibiza
Foto: Varios red

Balàfia. Casa de Can Bellmunt (dcha), casa de Can Pere de na Bet (izda); la torre pertenece a esta última
Foto: (EEiF)

Vista San Antonio y bahía
Foto: Varios red

Vista de la Catedral de Ibiza desde zona amurallada
Foto: Varios red