Guerras Púnicas (I)

El término que se utiliza, de acuerdo con la historiografía romana tradicional, para referirse a las tres batallas que se libraron entre los romanos y los púnicos desde el año 246 hasta el 146 a.C. es el de las Guerras Púnicas. Estos conflictos tenían como objetivo principal obtener el control comercial del Mediterráneo occidental y culminaron con la derrota de las fuerzas cartaginesas y la consiguiente desaparición de Cartago.

La Primera Guerra Púnica se libró con el propósito de dominar la isla de Sicilia. Después de ser derrotados, los púnicos tuvieron que abandonar la isla y, además, pagar una indemnización a Roma. En esta primera guerra, la intervención directa de Ibiza (Eivissa) debió ser bastante reducida. Las ánforas de la Ibiza púnica continuaron circulando normalmente por sus áreas habituales (Baleares y el levante peninsular), lo que sugiere que la participación de los punicoebusitanos debió centrarse principalmente en ayudar a cubrir los importantes costos económicos que implicó la guerra. Al concluir esta primera guerra, y habiendo perdido definitivamente el control de Sicilia y Cerdeña, los púnicos decidieron trasladarse a la Península Ibérica para proceder a su ocupación y creación de un nuevo imperio.

El general cartaginés Amílcar Barca llegó a la península Ibérica en el 237 a.C. y en ocho años logró ocupar gran parte del sur y del sureste de la península. Esto supuso un cambio en su estrategia, ya que si hasta entonces se habían limitado a la creación de enclaves costeros, a partir de ese momento se llevó a cabo una ocupación de los territorios interiores. Tras la muerte de Amílcar, fue Asdrúbal quien tomó el mando de las tropas cartaginesas.

Esta ocupación de territorios representó un cambio en la política cartaginesa, motivado por la nueva situación geopolítica en el Mediterráneo Occidental después del fin de la primera guerra púnica. Si hasta entonces se había basado en el establecimiento de coaliciones, se pasó ahora a la existencia de dos grandes bloques, dotados de una fuerte cohesión, lo que implicó la necesidad de ocupar los nuevos territorios. Ante el continuo avance de los púnicos en la península Ibérica, los romanos decidieron firmar con ellos un tratado en el año 226 a.C. que estaban reservados para los romanos. Muy pronto (221 a.C.) los cartagineses fundaron la que sería la capital de su nuevo imperio, Cartago Nova (la actual Cartagena).
En el año 219 a.C. comenzó la Segunda Guerra Púnica, cuando las tropas de Cartago, lideradas por Aníbal, atacaron el enclave íbero de Arse (conocido como Saguntum por los romanos). A pesar de estar situado al sur del río Ebro, mantener relaciones con los romanos provocó la intervención de este ejército.

Fuentes: AFM (Voy@ibiza), EEiF (Ernest Prats García)
Imagen superior: Guerras Púnicas en Ibiza (Eivissa): Imagen de Aníbal.
Foto: IA de Voy@ibiza

Guerras Púnicas (II)

En cuanto a la participación de la colonia púnica de Ibiza en la ocupación de la península Ibérica por parte de Cartago y en la propia Segunda Guerra Púnica, todos los indicios, tanto arqueológicos como documentales, apuntan hacia una implicación directa.

La implicación de esta situación se debe en gran medida a la ubicación de la isla en relación con la península ibérica, que permitía canalizar una parte significativa del comercio que tenía como origen o destino los nuevos territorios ocupados.
En otras palabras, una gran parte del flujo comercial entre los territorios norteafricanos cartagineses y las áreas ocupadas de la península debieron pasar por Ibiza, en beneficio de las clases dominantes que controlaban el comercio y también del resto de la población, porque probablemente supuso un aumento de las producciones locales.

Además de este papel principalmente comercial, también existen pruebas documentales de una participación directa en los eventos militares del conflicto. Así, en el año 217 aC, al inicio del conflicto, la flota romana, comandada por el cónsul Cneo Cornelio Escipión, atacó la isla de Ibiza, donde según el historiador romano Tito Livio intentaron tomar la ciudad, pero después de dos días de asedio, abandonaron y se dedicaron al saqueo del campo. Según dicho historiador, el botín obtenido en el campo pitiuso fue mayor que el conseguido en los territorios peninsulares.

A pesar de la importancia del mundo rural en las Pitiusas a lo largo de la época púnica, esta referencia parece más bien una exageración, en parte para compensar el hecho de no haber podido conquistar la ciudad.

En el mismo párrafo se habla de las conversaciones entre los romanos y representantes de los pobladores de Mallorca y Menorca para negociar una paz, lo que demuestra aún más la fidelidad de Ibiza a Cartago a lo largo de los dieciocho años que llevará la guerra.

Existe una segunda muestra documental de la participación pitiusa en esta Segunda Guerra Púnica, también del historiador romano Tito Livio, haciendo referencia a la estancia en Ibiza en el año 205 aC de la flota púnica comandada por el almirante cartaginés Magón.
Venían de Gadir (actual Cádiz), donde se les había negado el apoyo, porque entre otras cosas poco tiempo antes el propio Magón había obligado incluso a los particulares, a entregarle todo el oro y la plata que tuvieran. Además, en esta segunda visita, el almirante cartaginés hizo crucificar a las autoridades de Gadir.

Fuentes: AFM (Voy@ibiza), EEiF (Ernest Prats García)
Imagen superior: Guerras Púnicas: Aníbal sobre un elefante en los Alpes.
Foto: IA de Voy@ibiza

Guerras Púnicas (III)

En Ibiza, se proporcionaron todo tipo de recursos, incluyendo personal y armamento. Las élites de las Islas Pitiusas tenían un interés primordial en el triunfo cartaginés, debido al amplio mercado que se presentaba para sus productos si se conseguía retener la Península Ibérica y otros territorios. No obstante, es necesario matizar el apoyo ibicenco: la escasez de población en las islas y la necesidad de todos para el buen funcionamiento del sistema productivo sugiere que la ayuda fue principalmente en forma de materiales.

Otro indicio de la participación pitiusa en la guerra sería el incremento de la circulación de monedas punicoebusitanas fuera de las Islas Pitiusas (Ibiza y Formentera).

Si bien hasta el comienzo del conflicto la circulación era principalmente interna, a partir de ese momento se extendió considerablemente al exterior.

Además del incremento general de la producción monetaria, es notable la aparición de monedas de plata ibicencas, especialmente en el extranjero, lo que podría estar motivado por la necesidad de cubrir los significativos costos que la guerra estaba generando.

No obstante, la Segunda Guerra Púnica supuso un nuevo revés para Cartago, que tuvo que pagar 10.000 talentos en cuarenta años, reducir su flota a diez barcos y limitarse a conservar los territorios africanos, abandonando el resto.

A pesar de todo, los cartagineses fueron recuperando gradualmente parte de su relevancia como potencia comercial, lo que condujo a la Tercera Guerra Púnica (146-149 a. C.). Al final de esta, la ciudad de Cartago fue totalmente devastada y su imperio desapareció definitivamente.

Se ha debatido ampliamente sobre el papel de la Ibiza púnica tras el fin de la Segunda Guerra Púnica, especialmente por una mención del historiador romano Plinio el Viejo, quien habla de Ibiza como ciudad federada con Roma.

El problema es que el escrito de este historiador es muy posterior en el tiempo a los hechos que se tratan, y no menciona en ningún momento fechas específicas. Lo que sí se puede afirmar a partir de la arqueología es que después de la Segunda Guerra Púnica la economía pitiusa continuó funcionando a plena capacidad, y no hay evidencias de una ocupación militar por parte de los romanos, en aquellos momentos mucho más preocupados por las revueltas de las tribus íberas en la península.

Fuentes: AFM (Voy@ibiza), EEiF (Ernest Prats García)
Imagen superior: Guerras Púnicas: Imagen de un general romano frente a su ejército.
Foto: IA de Voy@ibiza

Imagen superior: Guerras Púnicas: Romanos y Púnicos en plena batalla.
Foto: IA de Voy@ibiza

Imagen superior: Guerras Púnicas: Batalla frente al mar.
Foto: IA de Voy@ibiza

Imagen superior: Tropas púnicas avanzando hacia la batalla.
Foto: IA de Voy@ibiza